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¡A la escuela!!
¡Empiezan las clases!! Hay mucha emoción, cargamos las pilas (realmente, quiero este año acordarme de cargar las pilas para sacarles muchas fotos cuando empiecen!!) Estamos terminando la tardea de vacaciones (si, por eso, porque falta una semana para empezar y siempre dejamos para lo último la tarea de vacaciones) Preparamos todo. Y preparar implica darse cuenta de las muchas cosas que nos faltan… Por un lado, las cosas del uniforme que hay que reponer, que ya quedaron chicas, o están muy estropeadas del año anterior. Por otro, útiles escolares, libros y todo lo que necesitan los chicos para ir al colegio. Y es ahí cuando me agarra la fobia: igual que en navidad o día del niño: tengo fobia al consumo. Odio a la gente corriendo para comprar lo último, lo mejor, lo tienen los demás pero sobre todo: LO QUE NO NECESITAN. ¿Por que comprar lo que ya tenemos? ¿por que gastar plata en algo que del año pasado nos quedó intacto o todavía sirve? ¿es que acaso les cambiamos el nombre? pasan a ser INÚTILES ESCOLARES? No señor. No voy a decir que no compré nada, si, de hecho solo con las dos mochilas me gasté unos buenos pesos (Sebastián me preguntó si teníamos que pagar patente por ellas) Cuando fui y le dije a la vendedora: “me imagino que me van a durar 5 años mínimo” me contestó: “si! muchas mamás dicen que les compran otra porque les da vergüenza mandar a los chicos con la del año anterior…” ¿Vergüenza? Vergüenza es comprar lo que uno no necesita! vergüenza es tener mas de uno cuando otros tienen ninguno! vergüenza es no valorar las cosas que nos sirven y tener que comprar y comprar porque si!! eso es vergüenza! que les demos a nuestros hijos un mensaje de consumo absoluto y porque si, y no les transmitamos el valor de las cosas!! tener lo último porque si! eso es vergüenza!! Entonces reafirmé con esa frase de la vendedora que es lo que yo quiero dejarle a mis hijos: no la enseñanza de maestra ciruela: “Hijo mío, tienes que comprar lo absolutamente necesario porque en el mundo, bla bla bla” No. Es la actitud. Ni les pregunté. Solo les dije: “vamos a armar la mochila. Traigan las cartucheras del año pasado, y fíjense que lápices están más lindos. Tenemos muchos, elijan los mas largos y coloridos” Los zapatos y la pollera de Olivia vinieron de la mano de una compañera de Facundo que ya no los usaba y estaban en muy buen estado. Y ella con una felicidad inmensa miró sus zapatos “nuevos” y se le iluminó la cara. La mochila de jardín, las chombas e individuales de merienda, pasaron a los hermanitos de compañeros de ellos. Y así van pasando las cosas. ¿Es que acaso no podemos comprarlos? ¡Claro que si! pero si todavía sirven, entonces hay que usarlos. No quiero que sea una clase magistral para ellos. Solo quiero que lo vivan como un proceso natural. Las etiquetas de los cuadernos las fabricaron ellos, fueron gratis y lo mejor de todo ¡se divirtieron un montón haciéndolas! lo que se pueda reutilizar, será bienvenido. Eso es lo que quiero para Facundo y Olivia. Espero que sea contagioso…
6 Comments
mariela
estamos en lo mismo, nosotras éste año usamos mochilas heredadas también, así como las chombitas y bucitos! que tu!? y no me siento como que es de segunda ni de tercera, me hace sentir bien por poder seguir utilizándolo y porque a parte ´también esta en excelente estado! a veces tenemos tantas cosas que ni sabemos lo que tenemos y encima seguimos comprando! será posible! me encanta tu mensaje Vale! así lo tendríamos que transladar en muchos aspectos de nuestras vidas. un beso!
Marcela Calderón
¡Qué lindo post! Estoy en un cien por ciento de acuerdo con vos, Vale. Muy bien. Qué lindo coincidir en algo que parece un “detalle simple” y no lo es: es parte de lo que podemos dejarles a nuestros hijos, como herencia real, aunque no tangible, para que vivan mejor en este mundo cada vez más consumista… (Uf: parezco panfletaria, pero vos me entendés… ¿no? Je)
Mirita
aah! memueromuertecita!
a mi me encantaba llevar cosas usadas por otro al cole, en casa no quedaba otra, pero a mi me encantaba.
recuerdo con cariño una valijita que me dio mi abuelo y que usé muchos años al igual que unos lápices de vayaasaberquienfueeldueño.
hermoso post! 🙂
ana
Coincindo plenamente y hemos hecho lo mismo. No se trata de ser amarrete, hablamos de valorar, cuidar y aprovechar las cosas materiales y el trabajo que nos permite adquirirlas. Y de esta manera simple y cincreta transmitir valores que trascienden al consumismo. He dicho!
María
En el cole siguen usando los cuadernos del año pasado hasta que los terminen antes de comprar nuevos. Gracias por sacarme la culpa de mandar a mi hija menor a sala de 5 con la misma mochila que usa desde sala de dos y que antes fue de la prima! La realidad es que no pidió una nueva y milagrosamente está en buen estado. Igual reconozco que el minimalismo brilla por su ausencia en mi casa y hay10 veces más cosas de las necesarias.
Quedaron lindísimas las etiquetas.
Paula
¡Me encantó el Post! Estoy 100% de acuerdo con lo que exponés y además me alegra saber que existen otros “bichos raros” que se rebelan ante la parafernalia del consumismo, actitud difícil de mantener, pero que día a día trato de conservar. ¡Gracias!