inspiración, libros

Busqué por tanto tiempo…

Nadie puede imaginarse lo importante de esto que me pasó hoy. Nadie sabe lo que busqué este libro. Nadie entendería por que se me saltaron las lágrimas hace un rato cuando lo descubrí… Cuando yo era chica tenía un libro. Un libro muy pero muy lindo. Era mi preferido. No solamente lo leía muchas veces: lo observaba. Lo miraba muy detenidamente. Me gustaba dedicar horas a ver cada detalle. Cada minúsculo dato de las ilustraciones. Claro está que en ese momento yo no sabía a que me iba a dedicar: apenas tenía 5 o 6 años… no más que eso. Pero esas imágenes se me grabaron a fuego en la memoria. Para siempre. Pasaron los años y mi ordenada madre, que trabajaba en un colegio, lo regaló. No se a quien se lo dio. Cuando estaba yo en la secundaria, fui a la escuela a ver si mi mamá lo había llevado allí, revolví todo. La biblioteca de la primaria, del jardín de infantes. Nada. Años mas tarde, cuando ya me dedicaba a la ilustración, tuve la oportunidad de conocer a una chica que había venido desde Venezuela a estudiar a Rosario. Y como ella trabajaba en el banco del libro, también a ella le pregunté. Nada. Mi amiga la Mechi Bogino (Metxi, desde que vive en Pamplona), quien trabaja en la biblioteca allá, también le pregunté si lo conocía. Nada. Google (poniendo palabras clave, solo recordaba los disfraces, el nombre “Samuel” de uno de los personajes) Nada. Ya fue. Nunca lo encontraría. Creí. Hoy alguien me recordó una entrevista que me habían hecho en el 2011. Busqué, y encontré en el blog Editado en Lij una gran GRAN GRANDISIMA  sorpresa. e0002769_23341949e0002769_23374430e0002769_23371469e0002769_23353981e0002769_2338632 Y como habrá sido de fuerte ese mirar que muchos años después hice esta imagen para un cuento (que nunca terminé) de Florencia Esses… Yo no lo puedo creer… Será el destino! 😉 casitasGracias Sergio por recordármelo Gracias Gyo Fujikawa por haber marcado mi infancia Gracias Ana Lucía por darme la respuesta tantos años atrás y perdón por no haberla visto… Siento como si hubiera puesto la ultima ficha de un rompecabezas.