Listo. Decidimos adoptar a un nuevo minino. Extrañamos demasiado a Roberta y ese espacio que dejó, nos hace doler el alma; ningún otro animalito la va a reemplazar, pero nos recomendaron que adoptáramos uno nuevo y eso decidimos.
El complot entre Seba y Mariela hizo que ayer llegara una nueva mascota a casa. Fueron hasta un taller mecánico lejos lejos y lo trajeran de sorpresa. Justo cuando yo pedía por facebook si alguien conocía alguno en adopción!! Coincidencia total.
El tema es que yo tenía dos cláusulas para adoptar:
1) que fuera hembra (Seba lo sabía, pero no sabía como distinguirlo en un minino tan pequeño)
2) que fuera bien diferente a Roberta (eso Seba no lo sabía, pero yo no me imaginaba que el iba a ir a buscar uno.

Y lo trajo. Era idéntica a Roberta! y eso me estrujaba el alma!! No importa.
“Se llama Alicia”, decidimos. y contentos la llevamos al veterinario. El nos dio la noticia: no es Alicia, es Alicio!! Ohhhhhhh dijimos todos.

Anoche no pude dormir pensando en que debíamos hacer.
Hoy a la mañana, llamé a una amiga veterinaria, ella me dijo los pro y los contras de adoptar un gato macho.

Decisión tomada: Alicio vuelve al lugar de donde salió. Mucha pena, mucha culpa. Pero no podía quedarse Alicio…

Lo puse en una caja con un almohadoncito, cerré la caja y lo puse en el asiento de atrás del auto.
Llevé a los chicos al colegio, ellos se despidieron antes de Alicio: “Chau, Alicio, te vamos a extrañar…”

Cuando vuelvo al auto, Alicio se había salido de la caja… me miraba desde el asiento de atrás. Abro la puerta y salta para adelante. Me meto al auto por atrás y cierro la puerta. Cuando quiero salir, tenía el seguro de niños, así que no abría. Me paso para adelante por el medio, y justo en ese momento, Alicio, con su pequeño cuerpito, se mete por un agujero del pedal de freno…

Yo ni sabía que había un espacio ahi! yo ni sabia que cabía un gato adentro del auto, pero adentro adentro, en la parte del tablero!!! Seba me mata, pensé…

Media hora llamándolo. Ya ni lo escuchaba. “Se fue”, pensé. Un chico me ayudó, trató, busco. Nada.
Me tiró el dato de que no había conexión entre el tablero y el motor, así que me animé, y arranqué el auto para llevarlo al mecánico. A unas pocas cuadras. No se escuchó ni “MIAU” cuando arranqué.

Llegué! Cerrado. Ufff. Taller de chapa y pintura enfrente. Pido ayuda. Salen un viejo y un chico. Nuevamente gente adentro del auto, gente panza arriba buscando al gato sin éxito. “Se fue” decían unos. “No está” decían otros. A quien se le ocurre pensar que un gato puede entrar adentro del auto, pero en la parte que no se le ve???

Una hora y media después de buscar al gato sin lograrlo, decido esperar a que abra el taller mecánico, aunque sea para que me diga que hay un lugar por donde se puede haber escapado. Y para no tener que venderlo con el anuncio: “vendo auto con Gato”.

En eso, en el silencio de mis pensamientos y enojada conmigo misma por no querer quedarme con ese hermoso gato, por el solo hecho de recordarme a Roberta, escucho un ruidito, algo se movía ahí adentro. El gato seguía ahí, y vivo!!

Salí a buscar comida, creí que era la única manera de sacarlo y así fue. Una feta de salame (lo único que encontré a esa hora abierto, 3 de la tarde, una almacenera se solidarizó con la causa.

Puse el rollito sobre la alfombra del auto (si, ya se, un asco) y esebicho salió de su escondite al instante.

El final de la historia es que volvió junto a su mamá, al taller mecánico del que salió, (no era el mismo que el que hicimos puerta por hora y media) y a sus hermanos.

Mi intención era llevarme otro distinto (había unos atigrados hermosísimos) y que fuera hembra (seguramente lo eran) pero me dio tanta pena separar a esa familia felina  que me volví a casa con la caja vacía pero el corazón contento…

Gracias a Mariela y a Seba por haber querido aliviar mi pena, me da gusto que hayan pensado en mi.

FIN

Alicio en su casa con mamá y hermanos. (Alicio es el marroncito, su hermano está de espalda.)
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Nos fuimos con amigos a las sierras unos días. Me vino muy bien separarme del trabajo, la rutina y del dolor de Roberta (es un nuevo término para el dolor que no tiene remedio) (no pude separarme mucho de lo último)
Pero la pasamos tan bien, tan relajante el olor a verde, el ruido a agua, es una práctica que recomiendo y  haremos mas seguido.
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