1891024_10202926716080114_1675539627_n ¡Empiezan las clases!! Hay mucha emoción, cargamos las pilas (realmente, quiero este año acordarme de cargar las pilas para sacarles muchas fotos cuando empiecen!!) Estamos terminando la tardea de vacaciones (si, por eso, porque falta una semana para empezar y siempre  dejamos para lo último la tarea de vacaciones) Preparamos todo. Y preparar implica darse cuenta de las muchas cosas que nos faltan… Por un lado, las cosas del uniforme que hay que reponer, que ya quedaron chicas, o están muy estropeadas del año anterior. Por otro, útiles escolares, libros y todo lo que necesitan los chicos para ir al colegio. Y es ahí cuando me agarra la fobia: igual que en navidad o día del niño: tengo fobia al consumo. Odio a la gente corriendo para comprar lo último, lo mejor, lo tienen los demás pero sobre todo: LO QUE NO NECESITAN. ¿Por que comprar lo que ya tenemos? ¿por que  gastar plata en algo que del año pasado nos quedó intacto o todavía sirve? ¿es que acaso les cambiamos el nombre? pasan a ser INÚTILES ESCOLARES? No señor. No voy a decir que no compré nada, si, de hecho solo con las dos mochilas me gasté unos buenos pesos (Sebastián me preguntó si teníamos que pagar patente por ellas) Cuando fui y le dije a la vendedora: “me imagino que me van a durar 5 años mínimo” me contestó: “si! muchas mamás dicen que les compran otra porque les da vergüenza mandar a los chicos con la del año anterior…” ¿Vergüenza? Vergüenza es comprar lo que uno no necesita! vergüenza es tener mas de uno cuando otros tienen ninguno! vergüenza es no valorar las cosas que nos sirven y tener que comprar y comprar porque si!! eso es vergüenza! que les demos a nuestros hijos un mensaje de consumo absoluto y porque si, y no les transmitamos el valor de las cosas!! tener lo último porque si! eso es vergüenza!! Entonces reafirmé con esa frase de la vendedora que es lo que yo quiero dejarle a mis hijos: no la enseñanza de maestra ciruela: “Hijo mío, tienes que comprar lo absolutamente necesario porque en el mundo, bla bla bla” No. Es la actitud. Ni les pregunté. Solo les dije: “vamos a armar la mochila. Traigan las cartucheras del año pasado, y fíjense que lápices están más lindos. Tenemos muchos, elijan los mas largos y coloridos” Los zapatos y la pollera de Olivia vinieron de la mano de una compañera de Facundo que ya no los usaba y estaban en muy buen estado. Y ella con una felicidad inmensa miró sus zapatos “nuevos” y se le iluminó la cara. La mochila de jardín, las chombas e individuales de merienda, pasaron a los hermanitos de compañeros de ellos. Y así van pasando las cosas. ¿Es que acaso no podemos comprarlos? ¡Claro que si! pero si todavía sirven, entonces hay que usarlos. No quiero que sea una clase magistral para ellos. Solo quiero que lo vivan como un proceso natural. Las etiquetas de los cuadernos las fabricaron ellos, fueron gratis y lo mejor de todo ¡se divirtieron un montón haciéndolas!  lo que se pueda reutilizar, será bienvenido. Eso es lo que quiero para Facundo y Olivia. Espero que sea contagioso… 1620796_10202926721760256_687615355_n
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Se que para muchos puede resultar una pavada, algo cotidiano, algo sin importancia, pero yo quiero comprartir esto tan importante que pasó hoy:
Facundo descubrió durante el desayuno, un libro mío que le había mostrado un día antes a una amiga, y había quedado arriba de la mesa. Lo miró y empezó a leer el título de la tapa. Luego lo abrió y siguió por la primera página. Después la segunda, y la tercera; me fui a trabajar al estudio y me siguió con una silla. Letra a letra, renglón por renglón fue leyendo cada una de las páginas del libro. Ese libro que yo quiero tanto que hace varios años publicó Sudamericana.
Y así fue como hoy, mi hijo leyó su primer libro COM PLE TI TO. 
No se si algo de todo lo que pasó por sus ojos se le quedó en la cabeza, pero con un esfuerzo tremendo, lo logró. 
Y yo feliz!
Celebro y aplaudo esto que, espero, se siga repitiendo con constancia.
-Mañana leemos de nuevo, Facu?-
-Si, ma, pero otro!!-

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