Una semana adentro, es mucho. Una semana sin poder salir por una fiebre inexplicable, que empezó con Facundo y siguió con Olivia, es too much.
Estas fotos no son “la imagen” que caracteriza a esta semana, pero traté de buscar la manera de hacer “mi trabajo”.
Mi trabajo como mamá, de no desesperar, de no acogotar a nadie, de no terminar tirando los acrílicos por el aire, de no explotar las 35.672 que escuché decir: MAMÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁÁ!
Por otro lado, mi trabajo de ilustradora, porque los editores no tienen por que saber lo que pasa indoors.
Así que en un intento desesperado de querer terminar con las ilustraciones prometidas es que armamos la tarde de pintura, CON LAS PINTURAS Y PINCELES DE MAMÁ.
Tengo que confesar que pude pintar 30 minutos sin parar.
Por favor, señor virus, por que no se va a hibernar, ahora que viene el verano. No es bienvenido en esta casa.
Si no, voy a terminar así: La etapa de los virus según Roxi
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