relatos
Proyectos
La vida no es bella. O mejor dicho, no siempre es todo lo bella que quisiéramos. Ni siquiera nos gustaría que fuera todo el tiempo completamente bella. Hay enfermedades, robos, peleas, engaños, depresiones, frustraciones, rupturas de todo tipo. A veces miro esos blogs en los que todo es rosa, con un apastelamiento que se envidia de solo abrirlo: en lugares idílicos y hasta con olor a mermelada casera… Y pienso: a esas personas también les pasa la vida, nadie puede estar continuamente en la rositud rosada!! Eso tampoco existe. Entonces, una busca el equilibrio: porque si de un lado, todo el tiempo vemos que existen las cosas malas del mundo, y que todo es negro (o gris oscuro, como lo veo yo) pesado y agobiante; y por el otro, la cosa melosa de la vida color rosainexistente… hay que buscar el punto intermedio para no enloquecer. Pará que me perdí: a donde quería llegar con todo esto… ah si, ahí va: los proyectos. Me di cuenta que para balancear mi vida necesito de los proyectos. Esa chispa que ilumina, que da esperanzas. Lo nuevo, la emoción, en lo que uno piensa cuando está haciendo otra cosa. Lo que te distrae de la rutina y no te deja pensar en cosas malas. Pero como es un proyecto, no está concreto, tampoco te tiene en el limbo rosado en el que no quiero caer, porque todavía no se si se va a poder concretar… Los proyectos siempre me han rescatado… Gracias proyectos!
3 Comments
mirita
en eso estamos, querida Vale…
dos años de desempleada total y de intentar mantener la cabeza y el corazón tranquilos (toda una aventura, de flores de bach, y té energizante y la mar en coche) duelen las cosas, pero trato de no quejarme porque al parecer cuando al rosa lo transformas en marrón nadie lo quiere… aunque parezca dulce de leche, prefieren la mermelada de frutilla, vio.
Valeria Cis
Yo prefiero la mermelada de quinotos… es ácida, a veces amarga, pero con ese tono dulzón. Como la vida misma… Gracias Mirita por tus lindas palabras!!
mirita
yo también! y con cascaritas 🙂
beso grande