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La colección botánica de mi abuela

Tener una pintura original es tener algo valioso. Es original porque no hay dos iguales: es una creación única sobre la que se puso toda la energía de ese momento. Energía que se alimenta con la mirada o las miradas del / de los otros. Se genera como un recorrido infinito en el momento único de observar, entre la pintura y quien la observa.

Y es valioso porque es una experiencia personal. No le pasa lo mismo a dos personas: no miran la pintura de la misma manera, no la observan igual, y definitivamente no les llega igual.

Esta serie de pinturas mini es como una colección de flores: una colección atrapada entre las hojas de un libro, como una práctica que me enseño mi abuela: cuando era chica, buscaba entre los libros de mi abuela para encontrar flores guardadas, algunas conservando toda su forma y colores, otras hajadas por los años. Y en ese encuentro, al pasar las hojas del libro, se producía la magia.

Esta colección intenta generar esa magia en el encuentro entre flores y hojas “guardadas /pintadas” en el lienzo, en un formato casi del tamaño de un libro.

Esta serie está a la venta en la tienda. Hace clic acá para ver todas las obras